jueves, 18 de julio de 2013

No llores, el mundo no tiene sed

Me he olvidado del olor de tus mejillas,
he recordado el rosado de tu olor.
Me han dejado de doler las despedidas,
bienvenidos todos al centro de mi atención.

Un adiós se hizo con mi vida
desde que se marchó mi primer amor.
Para mí el amor no entiende de medidas
y me está echando un pulso la razón.

Quédate hasta que vengan primaveras
a inundar las fortalezas de mi invierno.
Quédate hasta el día en que aprenda
a tocar el piano,
quédate a ser mi canción.

Déjame olvidarte por un rato,
echo de menos llorar en compañía de mi yo,
una lluvia, un mal día
y desde que apareciste
no hay manera de ahogar mi habitación.

El sol no deja de preguntarme
de qué color quiero mis noches
y me has dejado tan muda
que sólo me sale señalar mi corazón.

El mundo huele a tierra mojada,
no dejan de llover
y yo soy incapaz de seguirles la corriente,
por primera vez
me siento diferente,
esta vez,
me he tumbado mirando el porvenir
por si acaso le daba por volver.

2 comentarios:

  1. Dulzura incomprendida,
    anhelos sin saber,
    delicadeza en tu propio ser
    que resguardan tu corazón.

    ResponderEliminar