viernes, 30 de noviembre de 2012

Para escribir agua



Un día me preguntaron que esperaba de la vida y respondí:
"De la vida dejé de esperar cuando me arrebataron mi siempre, cuando todos mis sueños volaron sin ser cumplidos, dando por hecho que tenían alas y se marcharon con las huidas.
La vida me dijo que esperara mi casualidad y yo me negué porque ya no creía en sus días ni en sus avisos. Me ofrecía 86400 segundos en directo y sin cortes pero no me dijo que los que no viviera se perdían. Parece obvio, sí, pero esperaba guardarlos.
Opté por no contar y empecé a vivir, o mejor, dejarme vivir. Me vivieron, se cansaron y algunos se fueron, pero otros permanecieron. Hasta el final, como valientes. No digo que quien se fue se apellidase cobarde, seguro se llamaba inteligente. Al escuchar previsión de lluvia dijeron “me voy al sol” y me dejaron con la tormenta pero con mil paraguas que yo había cuidado.
La vida me eligió para que la disfrutara, me quitó mis buenos días pero me regaló noches mágicas. Se llevó sonrisas pero vino con un montón de lágrimas, cada una con una palabra.
Y con esa lluvia te escribo de nuevo, mi vida.
Derramo palabras para escribir agua".

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